Conmemorando una de las Noches Más Oscuras: La Oración de Jesús en Getsemaní
Por esta época, en lo que nosotros recordamos como Semana Santa, se conmemora tal vez las noches más oscuras en la historia de la humanidad. Una de ellas, en un huerto cerca de Jerusalén, Jesús estaba orando. Su súplica subía hacia Dios. Como dice Hebreos 5:7, con gran clamor y lágrimas. Tres veces el hombre perfecto, el Santo Hijo de Dios, pidió a su Padre que el sufrimiento expiatorio de la cruz, que para él implicaba sentir el abandono del Padre, le fuese retirado, pero añadió: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. Lucas 22:42.
El Sacrificio Expiatorio de Jesús por Nuestros Pecados
Los pecados tenían que ser castigados. Y Segunda de Corintios 5:21 en la TLA dice: “Cristo nunca pecó, pero Dios lo trató como si hubiera pecado para declararnos inocentes por medio de Cristo”. Si Jesús no hubiese sufrido en nuestro lugar el juicio de Dios, seríamos nosotros quienes, debido a nuestros pecados, a nuestras fallas, a todos nuestros errores, lo hubiéramos sufrido. Jesús murió por cada uno de nosotros y Dios, perfectamente satisfecho con la obra cumplida por su muy amado Hijo, lo resucitó y lo elevó a la gloria. Ahora, Él asegura su perdón a todos los que creemos en Cristo.
Viernes Santo: Confusión y Esperanza en la Víspera de la Resurrección
Hoy, Viernes Santo, estamos conmemorando una de aquellas noches oscuras. Los discípulos estarían tal vez para este punto confundidos, haciéndose muchas preguntas, escondidos, tratando de recordar cada una de las palabras de Jesús donde les dijo que Él iba a resucitar. Nosotros hoy, llenos de esperanza, sabemos que así fue, y ellos lo vivieron, es más, lo vieron. ¡Qué bendición saber que esas noches oscuras terminaron con la alegría eterna que Dios nos concedió al darnos a su Hijo Jesús, no solo para morir por nuestros pecados, sino para resucitar!
La Esperanza del Domingo de Resurrección en Medio de la Oscuridad
Quiero que recordemos, amados, que a pesar de las noches oscuras, en Cristo siempre habrá la esperanza de un domingo de resurrección.
Oración de Gratitud por la Obra de la Cruz
Padre, queremos darte gracias por la obra de la cruz, por tu hijo Jesús, quien hizo la oración más honesta, más sincera, pero más necesaria en aquel momento y fue: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. Gracias, Señor, por permitirnos, Señor, ver la obra de la cruz trayendo vida, redención y salvación. Señor, tuvo que haber sido y sabemos que fue muy doloroso todo el sufrimiento en la cruz, todo el dolor de la humanidad, todo el pecado de la humanidad cargado en la cruz por tu Hijo Jesús, Señor. Pero hoy te damos gracias, Señor, porque esto nos llena de esperanza, porque Jesús resucitó para darnos vida, para reconciliarnos contigo, Padre bueno, para enviarnos al Consolador, tu precioso Espíritu Santo, y recordarnos cada una de las palabras y dejarlo como una garantía, Señor, de que Jesús volverá por su iglesia. Te damos gracias, Señor, porque en medio de las noches más oscuras podemos confiar y saber que se hará tu perfecta voluntad y que Tú traerás resurrección y que Tú obrarás. Te damos gracias y toda la gloria y la honra a ti, Dios bueno, en el nombre de Jesús. Amén y amén.
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